Encontrando el amor verdadero

"¿Con qué clase de hombre me quiero casar?" La joven repitió la pregunta que le habían formulado.


"Deseo alguien bueno. E inteligente. Pero no la clase de bueno al que todos le pasan por encima. Y no demasiado inteligente para que no se le suba a la cabeza. Alguien que no esté encerrado en sus libros; alguien sociable. Un líder, el alma de las fiestas —pero no alguien que avasalle con su presencia. Quiero que sea apuesto pero no arrogante. Quisiera...".

Ella miró al Rebe, sentado detrás de su escritorio. Su sonrisa era amplia y sus ojos brillaban.

"Parece que usted quiere casarse con más de una persona".
He narrado esta historia —para mí y para todo el que quiera escucharla —docenas de veces. No se quién era la dama.
 

Pero esta otra historia se que le ocurrió a Chana Sharfstein:

Chana (en ese tiempo Zuber) era una joven de Boston a comienzos de los 50. Su padre había traído a la familia ahí desde Estocolmo. No mucho después fue cruelmente asesinado mientras volvía a su casa desde la sinagoga el viernes por la noche. En esa época tales cosas asombraban en Nueva Inglaterra.

Chana puede decir que tras que murió su padre el Rebe la adoptó. Seis meses después de la muerte de su padre, ella también estaba frente al escritorio del Rebe.

¿Por qué no te has casado? Quería saber el Rebe.

No encontré a la persona adecuada.

¿Cómo debe ser la persona correcta?

Un carismático Príncipe Encantado surgió de la imaginación de Chana y se introdujo en la conversación.

El Rebe rió.

"Has leído muchas novelas" dijo el Rebe, aun riendo. Se puso serio. "Las novelas no son la vida real: son ficciones. Están llenas de romance y enamoramiento. El enamoramiento no es real. El enamoramiento no es amor.

"El amor es vida" continuó el Rebe. "Crece a través de pequeños actos de dos personas que viven juntas. Con el tiempo no pueden imaginarse la vida sin el otro".

Ustedes caen enamorados. El amor lo construyen. Y amor —el barómetro para un matrimonio exitoso —depende en un 20% de la persona con la que usted se casa y un 80% de la forma en que usted la desposa cada día.

"Y construirán un hogar en Israel" dijo el Rebe en la bendición que le envió a Chana y a mi para el día de nuestra boda. Un hogar y una casa no es lo mismo. Dicen que nada señala un matrimonio como el construir una casa.

Que seamos bendecidos en construir un hogar —los recién casados y los que llegaron al jubileo. Construido con pequeños actos. Poco a poco. Con tiempo.

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