¿Di-s es Religioso?

Estudios recientes muestran que, el 80- 90 % de los habitantes de USA dicen creer en Di-s, pero el 40-50 %  declara no practicar religión alguna.

Ciertamente, si Di-s es Todopoderoso e infinito, y la religión es un compendio de leyes y rituales y una lista de cosas que uno debe ó no hacer, se hace difícil describir a Di-s como “religioso”. Tampoco pareciera que ser religioso acercará a la persona a Di-s. Si Él trasciende toda limitación y definición, ¿por qué la forma de acercarnos a Di-s debe ser el imponer más restricciones y axiomas a nuestras ya finitas y pesarosas vidas?

De todas formas, esta paradoja no está confinada únicamente al aspecto religioso- espiritual de la experiencia humana. A lo largo de la historia, cuando una persona deseaba escapar de los límites de lo mundano y frívolo, lo lograba a través de subyugarse a un estructurado y rígido código de conducta.

Mi ejemplo preferido para esto es la disciplina de la música. Hay una cierta cantidad de notas en la escala musical, y ninguno – ni siquiera el más grande de los músicos- pude crear una nueva nota o abstraerse de alguna. Quien desee ejecutar o componer música debe conformarse con este sistema absoluto e inmutable.

Más aún, sometiéndose a esta estructura, el músico creará una pieza de música que conmoverá la parte más profunda del corazón de la persona- ese sitio que no puede ser descrito, y mucho menos, definido. Usando esa fórmula precisa y matemática, el músico creará algo que transportará a quién la escuche a un lugar mucho más elevado de los confines y ataduras del diario vivir, muy por encima de las estructuras de la física y la matemática.

Imagine, entonces, una disciplina musical cuyas leyes hayan sido dictadas por el Inventor y Creador de la vida- Aquél que posee el conocimiento íntimo de cada fuerza, cada vulnerabilidad, cada potencial y cada sensibilidad.

La única pregunta que resta es: ¿Por qué tantas leyes? ¿Por qué esta disciplina dicta cómo debemos despertarnos y cómo debemos dormir, y virtualmente todo lo que entretanto hacemos?

Porque la vida misma en toda su infinita complejidad, es nuestro instrumento de conexión con Di-s. Cada “escala” en su “registro” debe ser aprovechada para alcanzar la conexión óptima.

Ya que la música es nuestra metáfora, no podemos dejar de citar la famosa anécdota en la que el Archiduque Ferdinand de Austria, según se dice, le dijo a Mozart: “Hermosa música, pero demasiadas notas”. A lo que el compositor respondió: “Si, su majestad, pero ni una más de las necesarias”.

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